“Declaro que un
mes antes del viaje recaí en una de esas autodestrucciones tan devastadoras
para el espíritu. Dos días innombrables en los que sentí una vez más la
tentación de acabar de una vez. La primera fue a los 24, más o menos, y la otra
a los 32, de manera más temeraria. Me había proporcionado facultades para
aniquilarme. Había amado más allá de lo razonable a Bernhard y Cioran, que al
cabo se fueron a la gusanera decrépitos y desde la cama. Sólo la lucha y el
trabajo tenaz me salvaron, no la esperanza de felicidad o placer. A los
cuarenta años conozco el yugo constante en la garganta, la escenificación del
suceso, imágenes y reacciones, sollozos de amigas y amigos, probable
remordimiento, recreación morbosa.
Luego sólo queda caminar de nuevo con
denuedo. En esto aventajo a Casey, que lo había intentado dos veces, y a la
tercera ganó la muerte"
"El regreso de Calvert
Casey"
Ezequiel
Pérez Plasencia.
Y?
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