viernes, 13 de abril de 2012

El regreso de Calvert Casey

          “Declaro que un mes antes del viaje recaí en una de esas autodestrucciones tan devastadoras para el espíritu. Dos días innombrables en los que sentí una vez más la tentación de acabar de una vez. La primera fue a los 24, más o menos, y la otra a los 32, de manera más temeraria. Me había proporcionado facultades para aniquilarme. Había amado más allá de lo razonable a Bernhard y Cioran, que al cabo se fueron a la gusanera decrépitos y desde la cama. Sólo la lucha y el trabajo tenaz me salvaron, no la esperanza de felicidad o placer. A los cuarenta años conozco el yugo constante en la garganta, la escenificación del suceso, imágenes y reacciones, sollozos de amigas y amigos, probable remordimiento, recreación morbosa.
          Luego sólo queda caminar de nuevo con denuedo. En esto aventajo a Casey, que lo había intentado dos veces, y a la tercera ganó la muerte"

"El regreso de Calvert Casey"
Ezequiel Pérez Plasencia.

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